Las dos primeras secciones, de Mérida a Cáceres, y de Cáceres a Malpartida de Plasencia, estaban ya construídas en el año 1882. La primera fue construída por la compañía M.Z.A. y la segunda por una compañía antecesora de la M.C.P. (Madrid-Cáceres-Portugal).
Una disposición ministerial vino a sustituir la de Mérida a Salamanca, por la de Malpartida de Plasencia a Salamanca, Zamora y Astorga. La compañía M.C.P. se interesó por esta línea, presentando su estudio al gobierno el 28 de noviembre de 1882, continuaron los trámites durante los años 1883 y el 23 de marzo del año 1884 los estudios fueron aprobados.
El gobierno sacó a subasta la línea de Plasencia a Astorga cuya concesión recayó en favor de don Ramón María Lobo, quién representaba una empresa ligada con la de M.C.P., creándose a continuación una compañía con el título de <<Ferrocarriles del Oeste de España>>.
Se empezó con la construcción de la línea y por dificultades financieras no siguió adelante terminando por ceder la explotación de las líneas M.C.P. y la construcción del ferrocarril de Plasencia a Astorga a una nueva compañía que se denominó <<Explotación de los ferrocarriles de M.C.P. y del Oeste>>. Esta nueva empresa disponía de fondos y de un buen equipo de técnicos cuya dirección obstentaban los hermanos Felipe y Mauricio Bunau Varilla, de nacionalidad francesa, que habían trabajado en el canal de Suez.
La primera fase de la construcción, Plasencia-Béjar, se concluyó en 1894 y el tramo Béjar-Salamanca (en el que se incluye su paso por Guijuelo) se terminó en febrero de 1896, poniéndose en servicio en el mes de abril del mismo año. Esto indica que Guijuelo tiene servicio de ferrocarril desde el mes de abril de 1896.
El último tramo de Salamanca-Astorga, se terminó en junio del mismo año. Se celebró el fin de toda la línea el 21 del mismo mes, con asistencia del Ministro de Fomento y otras autoridades. El tren inaugural salió de Plasencia a las cuatro de la madrugada y llegó a Salamanca a las ocho cuarenta y cinco. Todo un record para aquella época.
Guijuelo fue, junto con Salamanca y Béjar punto de residencia de los técnicos franceses que trabajaron en la línea. Los obreros eran gallegos y portugueses. El sueldo de un peón era de dos reales diarios.
Por el tiempo en que se construyó la via férrea hubo una epidemia de viruela que ocasionó quince fallecimientos desde octubre de 1891 a enero de 1892, posiblemente traída por los trabajadores forasteros.
LA ESTACIÓN DE GUIJUELO
La situación de la estación no estaba proyectada para el término de Guijuelo, sino para el de Campillo de Salvatierra en el lugar donde después se construyó una casilla, llamada la <<casilla Flora>> sin duda porque en ella vivió una casillera que llevaba ese nombre.
Existen dos versiones acerca del cambio que dio lugar a que la estación se emplazara a su lugar actual. Unos afirman que los terrenos donde debía de emplazarse pertenecían a un miembro del ayuntamiento que no quiso ceder y otros creen que Guijuelo por su mercado (que por aquella época debió de iniciarse) se hizo acreedor de la estación de ferrocarril. El hecho de que la estación lleve el nombre de Campillo-Guijuelo parece indicar que en RENFE figure Campillo como lugar de origen.
La estación de ferrocarril influyó muy positivamente en todos los sectores de la vida del pueblo. Los viajantes y vendedores encontraron en este medio una enorme facilidad de desplazamineto. Pero fue la industria la que se incrementó con el ferrocarril muy notablemente.
Continúa tal y como se edificó con algunas renovaciones poco importantes. Existía una pequeña cantina junto a la estación que en los años de la Guerra, cuando los trenes llegaban repletos de soldados y estos compraban allí su bocadillo. El movimiento que tuvo la estación entre los años 20 y 50, disminuyó considerablemente debido a que vehículos más rápidos sustituyeron al tren.
En 1984, pasaban por Guijuelo ocho trenes de viajeros en los dos sentidos; dos ferrobuses, dos TER, dos expresos y dos ómnibus. Entre ellos se encontraba <<El ruta de la plata>> que tenía el trayecto Gijón-Sevilla. Los trenes de mercancías disminuyeron y un tren diario pasaba por Guijuelo. En la mercancía aumentaron los envíos de paquete-exprés y de comestibles de géneros frescos. La RENFE finalizó de operar en Guijuelo con su servicio TIDE.
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